Como una bolsa de plástico
Como una
bolsa de plástico flotando en el aire. Vuelo sostenido con caída en picado
cuando deje de fluir el viento en su interior. Sin miedo a las alturas porque
las vistas y las caricias merecen el temor. Cuestionando las leyes de la
gravedad con un cuerpo que parece que no pesa, que fluye en el espacio, que se
desplomará sin remedio. Idas y venidas en horizontal, vertical y diagonal. Todo
lo que pesaba dentro de la bolsa ya no está, presión liberada que permite
expandirse y conocer aires renovados. El viento acaricia, no rompe, no pesa, no
desafía la resistencia, no oprime y no exige. Me atrapaste al vuelo. Quitaste
de mí todo aquello acumulado, todo lo que pesaba, lo que no me dejaba volar. Me
ayudaste a coger impulso y desde entonces no has dejado de soplar en mí para
que pueda seguir estado a la altura de tu grandeza. Cuando parece que voy a
caer de nuevo, cuando me haces recordar que la felicidad y tranquilidad son
efímeras, vuelves con rachas de viento que hacen que vuelva a flotar. No me
dejas caer en un mar de dudas donde todo se contaminaría. Reciclas mi pasado
para darme un futuro por todo lo alto. El día que llueve, me haces subir por
encima de las nubes, eres intermitente, pero determinante para que no caiga a
plomo y me recoja cualquiera que necesite depositar en mí todos sus fracasos.
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