Acuérdate de ti.

"Cuando llegaba del trabajo, y me esperabas al principio del pasillo para recorrerlo bailando, y hacíamos la cena mientras nos comíamos a besos las clavículas y el cuello, y las ganas. Pero los bailes de dos dejan de ser bonitos cuando un tercero quiere bailar sin llevar el traje adecuado. Y entonces me sueltas de una mano, y se la coges al otro, y nos rompemos, y bailas a mis espaldas mientras como un idiota pienso en ti, en dónde estarás comprándote un vestido nuevo para estrenarlo bailando conmigo, y entonces cuando vuelves a casa con las manos vacías y sin ganas de bailar como antes pienso que has encontrado otra pareja de baile, aunque es imposible que baile mejor que yo. Y me haces sentir que en la otra vida tuve que ser muy hijo de puta para que después de haberte querido en esta, y después del daño que vas regalando por ahí, aún follándote, te haría el amor. Y te marchas a bailar por otros pasillos; y es que no hay mayor condena que te marches diciéndome "siempre me acordaré de ti, cariño". ¿A caso es necesario que dejes esa coletilla cuando sabemos que lo único que harás es acordarte de mí para sentirte superior por haber destrozado un pecho más? Mejor acuérdate de ti y de no dejarte el traje de baile en suelos de habitación que no van a conjunto con él.".


Brian Ag.

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