"tú tienes la culpa de todo este desastre"

Desde que empezamos llevo ya unas cuantas copas de indiferencia y desencanto encima, y ya empezamos a desangrarnos de desamor por las esquinas. Y yo necesito marchar de aquí, que me digas que haga las maletas, que nos vamos lejos a intentarlo otra vez, que yo aceptaría sin pensarlo; pero si no me lo dices me iré yo solo por mi cuenta. Y cuando me vaya lo primero que haré será ir al lugar donde nos dimos el primer beso, y allí pensaré que quizá tu ya no te acuerdas del principio, y enterraré nuestros bailes en que nos pisábamos los pies, y los otoños y nuestras caídas, y lo llenaré todo de flores, porque aunque un final siempre es un final, prefiero que huela a flores antes que a rencor. Y cogeré mis maletas, me abrocharé el abrigo y me iré sin mirar atrás, porque si miro lo veré todo lleno de color por fuera, y me volveré a engañar, y no veré lo que esconden esas flores. Entonces llegaré a un sitio donde pueda poner la música que tanto odiabas lo más fuerte que quiera, donde haya alguien que se preocupe de abrazar a un corazón que tirita en el frío de la noche, y encontrar las respuestas a las preguntas universales bajo la ropa interior de alguien que no seas tú, que no me necesite pero que me pida que no me vaya. Y cuando ya esté allí asentado, me iré a la playa, me tumbaré al atardecer viendo como arde el cielo y te escribiré una nota que meteré en una botella de cristal y la lanzaré al mar.

"Puede que vuelva en dos días, en cinco años, en tres décadas o en ocho vidas. He salido un rato, pero puede que este viaje se alargue más de la cuenta. No me esperes despierta, ni con una taza de café encima de la mesa. Me he ido antes de que te vuelvas una loca desenamorada que camina todo el día por casa con el camisón azul y con una mirada de "tú tienes la culpa de todo este desastre", y yo rehuya de ti intentado mojar mis labios secos de amor en bares de carretera. Y es que lo nuestro ya olía a desastre desde que nos presentaron".